Todavía el editor de este blog está pagando con creces el descuido de haber dejado la llave dentro del carro aquella tarde cualquiera en que decidió ir a la playa más lejos de la capital, Playa Caribe.
Ya se habían ido todos y empezaba a llover, entonces al llamar a «Asistencia Vial» respondieron que para esos casos, no proveen ninguna asistencia.
Como el descuido venía desde un tiempo atrás, con una de las puertas abollada por un viejo choque, decidí tratar de violar dicha puerta con un tubo de hierro, lo cual cual fue tamaña burrada, ya por el contrario, en vez de lograr abrirla, solo tube cómo resultado DOS puertas muy maltratada, la que intentaba abrir, y la de atrás, donde apoyaba el susodicho tubo.
Cansado de malos e inexpertos intentos, vino el ‘killing me softly’ de la historia, romper uno de los cristales traseros pequeños con una piedra.
Sí tomamos una calculadora, dos puertas para desabollar y pintar, un cristal trasero más su correspondiente empapelado, sumado a una semana de parqueo protegido, varios taxis necesarios, excede los 6 mil pesos, ante un descuido tan económico como sacar dos copias extras a una llave, dejar una en la billetera y otra en la casa o entregar dicha copia a un familiar de mucha confianza.
Además, hay seguros de ley, que a pesar de lo económico que puedan ser, incluyen servicios de cerrajeros, grúas, ‘jumpeo’ entre otros adicionales servicios que se agregan bajo solicitud de los usuarios.
Una experiencia enseña para la próxima vez, pero su se puede tomar como ejemplo esta historia, tal vez no se tenga que vivir esta desagradable experiencia, ni siquiera, por primera vez.