Pareciera que ellos limpian los vidrios para que los veamos mejor, más claro, más realista y tengamos una de las dos posibles opciones, o terminar de acogerlos olvidando los asuntos políticos y sociales, de los cuales ellos no tienen la culpa, o despertemos nuestro instinto protector, y sentemos riendas firmes, políticas que determinen una solución radical a tan preocupante problema como lo constituyen los niños haitianos que han colonizado cada semáforo de las arterias principales del país. Cualquiera de las dos opciones que elijamos serán consideradas cuando, muy probablemente, sea demasiado tarde…
