
Cuando nos encontramos un cuadro como éste, en medio de la difícil situación socio económica que está viviendo nuestro país, no podríamos mostrar otra actitud más que admiración. Es tal el hecho de aferrarse a la esperanza de luchar por mantener alguna familia, el sustento personal, y no apartar la virtud que es reconocida por Dios, de conseguir el dinero con el sudor de la frente, sin seguros médicos, sin horarios, sin condiciones de comodidad, sin aire acondicionado, ni una indumentaria apropiada que los proteja del clima, solo la convicción de no ser delincuente, sino por el contrario, trabajar, lo que se traduce en un gran aporte a sí mismo y a la sociedad…